Armagerock "¡Aunque se caiga el cielo!"
Una de las características que hacen de un evento musical al aire libre es el poder experimentar la sensación de libertad y alegría, independiente de las inclemencias del tiempo como suele ocurrir, por ejemplo, en los festivales europeos. Y si nos situamos a nuestra escena local, la lluvia torrencial pronosticada para el Sábado 23 de Abril en la capital puede calificarse tanto como un aditivo como una prueba. Porque si bien la postal del centenera de asistentes asistiendo a una jornada de Rock nacional en todas sus variantes resulta digna de enmarcar para el recuerdo de quienes estuvieron presentes, también ayudó a distinguir qué tan comprometido es el público local que consume producto nacional como una necesidad al alma y al cuerpo.
Por las mismas inclemencias del tiempo quizás el asunto se veía complicado, debido a una serie de problemas técnicos que conspiraron en un principio, lo cual se pudo notar apenas comenzó la jornada de la mano de Australis. Con una propuesta que mezcla lo mejor del Metal Sinfónico con temáticas propias de nuestro folklore, la banda liderada por el tecladista y compositor principal Alexis Figueroa tuvo que lidiar con un comienzo accidentado debido a los problemas eléctricos que, lamentablemente, obligaron a acortar el set. Sin embargo, los problemas están para solucionarlos y, pese a las dificultades, a través de cortes como 'Eva de Piedra', la instrumental 'Austro' y 'Caleuche',Australis impuso su propuesta conceptual, en la que los mitos, leyendas y conjuros del Sur del Mundo cobraron vida a través de texturas sonoras tan envolventes como poderosas, así como una puesta en escena que combina sobriedad con una elegancia seductora, gran mérito por parte de la cantante Nicole Peñaloza, cuya copa de vino en mano se mantuvo intacta en medio de la tormenta. Australis se sobrepuso a las dificultades con clase. Contra viento y marea.
Poco después llegaría el turno de los emblemáticos Alto Voltaje, histórica agrupación que sabe lo que es jugársela por el Rock n' Roll y sus principios pese a todo y a todos. Desde el comienzo con 'La Ciudad', el quinteto comandado por los históricos Víctor Escobar y Ery López no se guarda nada sobre el escenario (su hábitat natural). Cuesta poner el ojo crítico cuando se trata de referirnos a una agrupación que vive y siente el Rock n' Roll dentro y fuera del escenario. Es cuestión de preguntarle a aquellos fans que cantaron con puño en alto el coro de 'Historia', con un Víctor Escobar soslayado ante la respuesta de los fieles fans a quienes les importó poco y nada el aguacero que, a esas horas, caía sobre la comuna de La Pintana. Y, hablando de Rock n' Roll, enmarcado quedará el momento en que el popular Mandy (sí, el mismo 'Dr. Rock n' Roll') se sube, con armónica en mano, al escenario para interpretar una versión de lujo de 'Gato Negro', de nuestros Killterry. 'Rocker' (original de los españoles Angeles del Infierno), 'Ruda y Sexy', 'Rock & Burdel' y 'Alto Voltaje' formaron parte de un set cuya intensidad no da tregua a la calma y, sobretodo, se impone a todas las dificultades técnicas existentes con clase. El oficio del Rock n' Roll se aprende en la calle y Alto Voltaje nos lo recuerda sobre el escenario de forma contundente.
Del Rock n' Roll hecho en la calle, pasamos a la clase magistral de virtuosismo, velocidad y épica, cortesía de nuestros referentes Six Magics, quienes cumplen dos décadas este año. Bajo una lluvia tan intermitente como copiosa, el combo liderado por el virtuoso de las seis cuerdas Erick Ávila nos brindó una clase magistral de actitud y técnica combinadas de manera explosiva, con la dupla conformada por Ávila y el retornado Gabriel Hidalgo dictando cátedra como una de las parejas de guitarras que, como en sus inicios, mantiene en alto su reputación como fundamental para los amantes de las seis cuerdas en el Metal de corte más técnico y sinfónico. Desde el material antiguo de 'Storm' hasta la frescura de los tiempos presentes de la mano de 'Another Name', el set presentado como 'adelanto' para lo que será la celebración de los 20 años en la carretera fue suficiente para recordarnos su rol de pioneros locales de un estilo que, pese a su origen europeo, fue posible darle identidad local (es lo que a uno se le viene a la mente apenas suenan los primeros acordes de 'Caleuche (The Flying Dutchman)'). Impecable presentación por parte de una agrupación cuyo profesionalismo y sentido del espectáculo ha sido fundamental para mantener en alto la bandera del Metal Sinfónico bendecido con la sangre del Pillán y bañado con la fragancia de la Pincoya.
Cuando hablamos de Rock Nacional, el punk es un género que no para de escribir su historia desde hace más de treinta años. De esos treinta años, dos tercios conforman un camino pavimentado por los emblemáticos Machuca, cuya fórmula Hardcore-Punk influenciada por Sex Pistols, Charged GBH y Discharge no para de causar estragos entre sus seguidores de toda la vida. Ni los constantes problemas de sonido ni el aguacero que entonces caía sin piedad pudieron doblegar el espíritu del centenar de fans que no paraban de vibrar y cantar clásicos como 'Esperando', 'Mi Cuarto Vacío', 'Más Animal' el hit noventero 'Corazón Desilusionado' ' C.N.I.' y el himno 'Al Patíbulo'. Un corte tras otro, con la banda liderada por Giancarlo 'Huaso' Canessa y los históricos hermanos Claudio y Felipe Infante (bajo y batería, respectivamente), Machuca demoró poco y nada en exponer su currículum no solo como referente de la escena Hardcore-Punk nacional, sino también como una banda que causa estragos desde el escenario, aunque el clima y el sonido parezcan jugar en contra. Incluso el pequeño mosh que se formó en las graderías del recinto, en la parte bajo, dejó en claro que la pasión mueve tantas montañas como la fe.
Y para cerrar la jornada, como partes de un cartel en que no hubo distinción de headliners (esa es la gracia de un festival, todos por igual más allá de los gustos), Soulinpain puso la cuota de brutalidad necesaria dentro de un espectro en que el Rock es donde converge todo. Sin embargo, para entonces los asistentes que se encuentran son escasos, lo que, de alguna manera deja sensaciones encontradas respecto a una presentación impecable (aunque la voz se sintió perjudicada a ratos debido a los constantes problemas con el sonido, afectando considerablemente la amplificación). Cortes como 'Inside The Dead', 'Descarnada Paciencia', 'Visión Vacía' y la demoledora 'Innocence Broken' se dejaron caer cual bombas de destrucción masiva, denotando actitud y contundencia técnica en cualquier escenario sin importarla cantidad de asistentes presentes ni la interminable lluvia. Y no sería exagerado afirmar que la misma lluvia fue protagonista de una jornada en la que el Rock chileno se sobrepuso a todos los obstáculos existentes, como viene ocurriendo desde hace décadas. Un festival como ArmageRock puede constituirse como indicativo para medir nuestro compromiso con lo que acontece a nivel local. Porque aunque se desborde el Mapocho y se caiga el cielo, el Rock prevalece por sobre todo. Esperemos una segunda versión. La pasión y la disposición estarán siempre.
Escrito por: Claudio Miranda
Fotos por: Nicolás Soto Pérez
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